Visitas a este blog

miércoles, 16 de junio de 2010

Rascacielos



Hilo musical antiguo: http://www.youtube.com/watch?v=eij2T4A4P30

00:01 horas de la noche. Un gran edificio, luces de ciudad, localización: Algún lugar de alto abolengo en aquella ciudad. Situémonos en el piso 17.

El hilo musical (Sinfonía nº 4 de Mozart) acaricia cada pared de aquel lugar. Dos blancas, (Una es la puerta de entrada a esa sala, otra,… una doble puerta que da a un despacho contiguo), una es chocolate ceniza, y la otra es de arriba abajo una cristaleras que da la vista una imagen de postal sobre una ciudad con cielo nocturno y sus estrellas eléctricas. En un rincón, cuatro butacones de piel negro, rodeando una mesa de diseño contemporáneo, tres vasos anchos decoran la mesa, con dos dedos de whisky cada uno, a cual más vacío que el otro. No muy lejos hay una encimera con mueble-bar.

Conoceremos a nuestros 4 sujetos presentes:
-Nadezhda Kiprusov, conocida como Hella. No se asegura que ese sea su nombre real, ya que lo único que se podría saber a ciencia cierta es que es una pirómana “fugitiva”. Es fácil reconocerla, la mitad de su cara está quemada (Se desconoce la causa) y en consecuencia le dejó un ojo con tonalidad gris sin saber si llegó a perder toda la visibilidad que podría tener ese ojo en cuestión.

-Alexey Kozlov, conocido como Liosha. Un tipo silencioso. Joven y casi escuálido. Su ficha en el KGB mostraría una serie de delitos en cadena, desde robo a mano armada (Blanca), hasta delitos de infiltración, asesinatos múltiples, comunes en familias Rusas de apellido con renombre.

-Mijail Nóvikov, conocido como Misha. Por desgracia para la policía secreta Rusa,… Ex miembro del KGB. Experto en explosivos y muy bueno en estrategias militares.

-Nikolay Ivanov, conocido como Kolia. Al parecer mano derecha de Nadezhda, o casi su “sombra”. Aunque por extraño que parezca nunca se les ha logrado relacionar en ningún caso. Siempre por separado, siempre solitarios, pero dónde está uno está el otro. Las malas lenguas dicen que Kolia era algo parecido a un “mentor” para Hella, hasta que como siempre, alumno pasa al profesor y ella se cobró un canino de este. Ahora su sonrisa está adornada con una pieza de oro.

Dos cubitos de hielo se removían en el vaso que ella sostenía, mientras miraba las luces de la ciudad, del exterior. De pie frente a la cristalera. Su semblante parecía estar sereno, aunque por norma siempre parecía estarlo, igual que el de ellos. Cuando la puerta doble se abrió entró en juego un quinto sujeto,… Franccesco Faruccio, un millonario, dueño de la empresa Abswer S.A, de armamento militar. Una vez más los tacones metálicos se desplazaron con elegancia hasta los tres tipos ahora de pie, excepto Liosha, que seguía sentado. Kolia extendió la mano con el maletín. Los dedos finos y largos, de uñas negras de ella lo aferraron segundos antes de que cambiaran de manos, hasta las italianas.

No hicieron falta palabras, solo hechos. Lo demás sobraba, al menos con los Rusos. Faruccio entregó otro maletín a la mujer. Ella se lo pasó a Kolia de nuevo, y ahora sí que fue abierto para comprobar el interior. Un asentimiento de cabeza. Maletín cerrado.

Un ascensor es un lugar muy pequeño para cuatro personas que tienen un gran futuro.
O muy grande, si se pretendiera hacer de él un mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario