Visitas a este blog

jueves, 9 de mayo de 2013

Black Cat


 
Creo, a día de hoy, y con más seguridad que hace un tiempo, que hay una fisura en el tiempo de nuestras vidas. Es un momento en el que damos un ‘salto’ hacia atrás, provocando un retroceso de estado mental.

 
Llevas una vida haciendo lo mismo y creías que te iba bien, hasta que algo, como la superstición del gato negro que se cruza en tu camino, te hace verlo de otra manera, y entonces, solo entonces, dices: ‘Llevaba mucho tiempo haciendo mal alguna cosa necesaria para la vida’. En realidad, no hace falta ni que lo digas, basta tu expresión corporal, tu actitud, tu expresión facial, y con todo eso reflejas lo que quieres sin necesidad de decir nada.

 
Ahí ya existe un cambio en tu ser, probablemente a mejor si sabes rectificar aquello que viste que hacías mal, y tras un tiempo actuando así, algo en tu mente te hace dar ese ‘salto’ hacia atrás, sin saber por qué, o sin llegar a planteártelo, vuelves a hacer mal algunas cosas necesarias en la vida.

 
Imperceptibles, pequeñas, pero necesarias para un equilibrio que te mantiene jovial y entusiasta. Esas cosas son las 'pequeñas cosas que dan alegría’.

 
En muchos casos son menospreciadas, dejadas de lado teniendo la esperanza de que el tiempo ya vuelva a ponerlas en tu camino por ti. Y eso es realmente una equivocación, el tiempo solo está como algo colateral que deteriora las cosas. No hará nada por ti, eso es una certeza.

 
Lo que me lleva a ver que ese mismo tiempo en el que la gente confía, creyendo que está de nuestro lado, es una patraña mental. Una percepción errónea en la que proyectamos nuestras esperanzas y deseos. Lo dejas pasar, seguro, confiado, hasta que resulta ser demasiado tarde.

 
Y volvemos a fumar, sentados, meditando qué es lo que hicimos mal, y cómo podemos arreglarlo, volviendo a dejar en las manos del tiempo la iluminación que necesitamos. Si actuáramos con lo que los sentimientos nos dicen, quizá, y solo quizá, el tiempo tendría menos relevancia, y no creeríamos tarde que hemos actuado erróneamente.

 

Volvemos a encontrar un muro, en el que hacer una muesca más.
Volvemos a dejar que nuestro lado más borde y dure empiece a renacer como un fénix endemoniado y ávido de arrasar con todo lo que se ponga por delante.
Volvemos a reconstruir nuestra caja de música aislada para oír lo que en realidad sentimos.

Simplemente volvemos, como todos los tiempos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario